miércoles, 30 de diciembre de 2009

Naturopatía

   La naturopatía está incluida entre las hoy denominadas terapias alternativas, en mi opinión esta denominación es errónea, se ajusta más a la realidad la denominación de terapias complementarias, ya que nuestras terapias no son una alternativa a la medicina alopática, no se excluyen una a otra; dependiendo de la situación del enfermo será conveniente utilizar una u otra, o combinar varias.

PRINCIPIOS DE LA NATUROPATÍA

El ser humano es un ser integral formado por una unidad. Esto significa que no hay disociación entre los distintos niveles, planos o aspectos del ser humano. Todo está relacionado física, psíquica y emocionalmente.
El ser humano es poseedor de la “fuerza vital”. Esta fuerza es inherente a la propia vida, todo ser vivo la posee. Se manifiesta esta inteligencia biológica en situaciones como una herida que cicatriza sin intervención externa, la inflamación que atrae localmente líquido nutritivo e inmunoestimulante, etc.
Cuidar el “terreno” para cuidar nuestra salud. Mantenimiento de los diferentes líquidos corporales en una situación que permita el intercambio de nutrientes y la eliminación de los desechos de las células de los diferentes tejidos. Aquí introducimos el concepto de homeostasia, que es el equilibrio físico-químico del medio interno, es decir, la salud.
Equilibrio=Salud. Desequilibrio=Enfermedad. Como expresa el enunciado, la enfermedad es un desequilibrio de nuestro organismo, por lo tanto, para restablecer la salud es necesario restablecer el equilibrio u homeostasia.
Curar sin agredir. Se trata de propiciar la curación sin dolor y sin causar efectos secundarios, algo de lo que, desgraciadamente, suele haber costumbre hoy en día.
Existen enfermos, no enfermedades. Este es otro de los conceptos básicos en naturopatía. Cada organismo expresa la enfermedad de manera aparentemente igual, hasta que descubrimos que cada persona tiene sus particularidades. Además, mismos efectos pueden deberse a distintas causas, e iguales causas pueden producir distintos efectos.
¿Por qué a mismos síntomas igual tratamiento pero distinto resultado? No nos conforma la respuesta de: “un virus nuevo”, “es una somatización” o, lo más novedoso, “es genético”.
La enfermedad no siempre se debe reprimir. Los síntomas son producidos por los esfuerzos de la energía vital para eliminar la toxemia y restablecer la homeostasia. Obviamente, siempre se tratará de aliviar el dolor para aliviar el sufrimiento, pero nunca intentando suprimir (en todo caso regular y orientar) los mecanismos del organismo para eliminar la toxicidad, pues esto conduciría a una vicariación negativa (desviación hacia tejidos y órganos más importantes pero con síntomas menos intensos), tendencia a la cronificación y degeneración.
En definitiva, se trata de ayudar al organismo en su esfuerzo por restablecer el equilibrio aliviando el sufrimiento. En los tratamientos se alternan fases de eliminación y revitalización.
Curar las causas y no los síntomas. Los síntomas son manifestaciones, avisos del organismo de que algo funciona mal y necesita ser reparado. Si eliminamos el síntoma sin hacer caso a las causas evitamos la última parte del proceso que es la manifestación, con lo que el proceso, todavía en marcha, se volverá a manifestar en otra parte del organismo, con la diferencia de que cada vez los tejidos serán más profundos y vitales. Tendencia a la cronificación y posteriormente a la degeneración.
Por ejemplo: ante un dolor de cabeza se pueden administrar fármacos inhibidores de las enzimas productoras del dolor con lo que, efectivamente, el dolor desaparecerá en ese momento, pero las dosis cada vez habrán de ser mayores y la frecuencia con la que aparece el dolor menor, o bien, ir a la causa o causas que pueden ser trastornos hepáticos, digestivos, tensiones, estrés, circulatorios, estructurales óseos, etc., que, a su vez, son producidos por otra causa. Esto que puede parecer complicado, no lo es, simplemente se trata de comprender el proceso que ha conducido a esa situación para, primero actuar en el alivio del síntoma y luego sobre sus cusas.
Individualizacion del paciente. Si, como hemos dicho más arriba, no hay enfermedades sino enfermos, el tratamiento será indicado para cada momento en cada situación y persona, no existiendo tratamientos estandarizados.
Causa de la enfermedad. Las causas pueden ser: internas, por un mal funcionamiento orgánico; externas, por la introducción de toxinas del medio externo; congénitas, heredadas de nuestros antecesores; adquiridas a lo largo de nuestra vida.
Cómo recuperar el estado de equilibrio. Reposo, alimentación equilibradora, depuración del organismo, realizar tratamientos y terapias no supresivas con remedios de origen natural, cambiar hábitos y modos de vida.
Hemos descrito los principios que orientan nuestro trabajo, a partir de ellos surgen las terapias, que abordaremos más adelante, destinadas al tratamiento de los diferentes enfermos o pacientes.

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