
Las reacciones químicas, energéticas, en el
interior de cada célula de esos órganos precisa oxígeno y nutrientes capturados
por los pulmones y el aparato digestivo y transportados por el corazón y los
vasos. Estas reacciones químicas producen desechos que son tratados por el
hígado, los riñones y otros órganos. Todas estas funciones han de estar
coordinadas; función que realiza la regulación de lo sistemas orgánicos, las hormonas,
los nervios y otros mecanismos. Cada persona es una unidad bien organizada.
Todas
las partes del cuerpo se encuentran integras. A nivel anatómico puede
observarse la unidad del cuerpo, sus sistemas están unidos por medio de la
fascia. Es continua de principio a fin en el organismo, de modo que une un
sistema con otro y una célula con otra y, al sostener estas estructuras,
permite trabajar en armonía.
Este
fenómeno también se aprecia a escala funcional. Todas las partes del organismo
poseen su propia función específica que deben realizar (p. e., regulación de la
temperatura, o equilibrio del pH); así mismo, cada uno de estos elementos
independientes actúa como parte de un “equipo” para mantener el funcionamiento
global el individuo. Todos ellos se encentran regulados por el sistema nervioso
(SN); de tal manera que el sistema nervioso central (SNC) controla el sistema
osteomuscular, en tanto que el sistema nervioso autónomo (SNA) supervisa la
función visceral, el sistema endocrino supervisa el equilibrio hormonal y el
sistema inmunitario defiende el organismo. Una vez descritas como entidades
independientes, ahora se sabe que actúan de forma conjunta en una armonía
compleja, lo que se conoce como el sistema neuro-endocrino-inmunitario.

Bibliografía: Anatomía y Fisiología. Thibodeau, Patton. Osteopatía, Modelos de diagnóstico y tratamiento. Parsons, Marcer.
José Luis Santacruz.
Osteópata, naturópata.
Cofenat 1529.
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