¿Qué utilizamos
para leer estas palabras y comprenderlas? Lo primero que pensamos es en el ojo,
en cómo trabajan sus numerosas y complicadas partes para formar una imagen. Sin
embargo, el ojo no es el único órgano que estás utilizando ahora mismo ¿Qué hay
de los huesos, las articulaciones y los músculos que estás empleando para
sujetar esta revista, volver las páginas, mover los ojos a medida que recorre
este párrafo? No olvidemos el sistema nervioso. El cerebro, la médula y los
nervios están recibiendo información de los ojos, evaluando y empleándola para
coordinar los movimientos musculares. Los garabatos que llamamos letras están
siendo interpretados cerca de la parte superior del cerebro para formar idas
complejas. En resumen, estás pensando sobre lo que lees. Pero hay más, ¿cómo
obtienes la energía necesaria para hacer funcionar los ojos, los músculos, los
nervios o el cerebro?
Las reacciones químicas, energéticas, en el
interior de cada célula de esos órganos precisa oxígeno y nutrientes capturados
por los pulmones y el aparato digestivo y transportados por el corazón y los
vasos. Estas reacciones químicas producen desechos que son tratados por el
hígado, los riñones y otros órganos. Todas estas funciones han de estar
coordinadas; función que realiza la regulación de lo sistemas orgánicos, las hormonas,
los nervios y otros mecanismos. Cada persona es una unidad bien organizada.
Todas
las partes del cuerpo se encuentran integras. A nivel anatómico puede
observarse la unidad del cuerpo, sus sistemas están unidos por medio de la
fascia. Es continua de principio a fin en el organismo, de modo que une un
sistema con otro y una célula con otra y, al sostener estas estructuras,
permite trabajar en armonía.
Este
fenómeno también se aprecia a escala funcional. Todas las partes del organismo
poseen su propia función específica que deben realizar (p. e., regulación de la
temperatura, o equilibrio del pH); así mismo, cada uno de estos elementos
independientes actúa como parte de un “equipo” para mantener el funcionamiento
global el individuo. Todos ellos se encentran regulados por el sistema nervioso
(SN); de tal manera que el sistema nervioso central (SNC) controla el sistema
osteomuscular, en tanto que el sistema nervioso autónomo (SNA) supervisa la
función visceral, el sistema endocrino supervisa el equilibrio hormonal y el
sistema inmunitario defiende el organismo. Una vez descritas como entidades
independientes, ahora se sabe que actúan de forma conjunta en una armonía
compleja, lo que se conoce como el sistema neuro-endocrino-inmunitario.
En
esta idea de unidad también destacan la compensación y la adaptación. El cambio
en un sistema se acompañará de adaptación en otro, tratando siempre de mantener
un sistema integrado y funcional (homeostática). Más allá del nivel anatómico,
el concepto de unidad puede incorporar los elementos de la mente, el cuerpo y
el ánimo; esto extiende la perspectiva de evaluación del organismo aislado y lo
sitúa en el ambiente, lo que amplía el concepto global a un entorno realmente holístico. Por tanto, una variación
en cualquiera de los sistemas orgánicos provocado por un agente, interno o externo,
ejercerá un efecto sobre otras áreas, se localicen estas en el cuerpo, la mente
o el ánimo, de modo que la alteración de una afectará a todas las demás.
Bibliografía: Anatomía y Fisiología. Thibodeau, Patton. Osteopatía, Modelos de diagnóstico y tratamiento. Parsons, Marcer.
José Luis Santacruz.
Osteópata, naturópata.
Cofenat 1529.
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