martes, 14 de abril de 2015

Brotes de primavera. Breves recomendaciones para mejorar la salud

    La pasada noche del 20 de marzo se produjo el solsticio de primavera, cuando el sol alcanza su máxima altura y el día iguala a la noche en duración. Durante los seis meses siguientes la luz del día y el sol predominaràn en nuestros quehaceres y en nuestras vidas.

    La primavera es la estación del crecimiento, del florecimiento. Es un buen momento para analizar y hacer un nuevo plan; renovar proyectos o construir otros nuevos.

    Los órganos que, según la Medicina Tradicional China, predominan en esta estación son: el hígado y la vesícula biliar. Realizan importantes funciones en nuestro cuerpo, además de las más conocidas relacionadas con la digestión y el procesamiento de las sustancias que ingerimos.

   Cuando el hígado está sobrecargado, disminuye sensiblemente su capacidad de desintoxicar la sangre. Permanecen desechos y sustancias perjudiciales que pueden producir alteraciones, agudas y crónicas, con síntomas y signos en las partes más débiles del cuerpo.

    El funcionamiento inapropiado de la vesícula biliar puede producir: gases y calambres abdominales, sobre todo en la parte superior; dolores reflejos en los hombros y en la espalda.

  La  mayor parte de las enfermedades son el resultado del exceso de toxinas en el cuerpo. La eliminación de sobrecargas y la limpieza interna son fundamentales para mantener,  o lograr, un estado óptimo de salud.
  
   Depurar el cuerpo es eliminar el exceso de desechos. Descansar de alimentos sólidos durante un periodo de tiempo; beber zumos, de frutas y verduras, y agua; es fundamental en este proceso. La primavera es una buena época para depurar en profundidad. También el otoño, en este caso es mejor hacerla al comienzo de la estación, cuando el clima es agradable y permite realizar actividades al aire libre.

    Hacer una depuración de este tipo, próxima al ayuno, si no hay costumbre resulta complicado. Es imprescindible el control terapéutico y la condición de la salud debe permitirlo. Como alternativa, unas recomendaciones sencillas y fáciles de realizar con un poco de voluntad.

    Astenia primaveral. Con la llegada de la primavera y el buen tiempo aparece un tipo de trastorno estacional, la astenia primaveral. Se caracteriza por: sensación continua de cansancio físico e intelectual, debilidad y falta de vitalidad generalizada. La causa de estos trastornos es contingente.

     La astenia por cambio estacional se produce cuando nuestro cuerpo no consigue adaptarse al clima de la nueva estación. Más horas de sol, luz y aumento de temperatura, variación de la humedad y la presión atmosférica; son factores que alteran los biorritmos de todo ser vivo. En general, estos cambios se producen en todas las estaciones y nuestro organismo se adapta a ellos progresivamente. Cuando lo hace más lentamente de lo habitual, aparecen algunos síntomas: tristeza, apatía, somnolencia generalizada, aturdimiento, disminución de la libido, irritabilidad, dolor de cabeza, debilidad muscular, cansancio…

    Al igual que otras adaptaciones; por ejemplo, el síndrome postvacacional; no es considerada como enfermedad, de hecho no lo es; si hoy en día cobran relevancia es debido a la falta de vitalidad característica de la forma de vivir actual. Más adelante trataré la astenia primaveral, en otro artículo. Siguiendo las recomendaciones del presente artículo mejorará la calidad de vida. Por otra parte, los síntomas no suelen durar más de dos o tres semanas.

    Alimentación. En cuanto a la alimentación, durante la primavera es recomendable poner énfasis en alimentos ligeros y expansivos (Medicina Tradicional China): verduras, especialmente de hoja verde; brotes jóvenes con toda la clorofila de lo verde: cebollinos, puerros, apio, cebollas tiernas, hojas de rabanito, acelgas…; germinados;  verduras neutralizadoras de las grasas como el rabanito y el nabo. Reducir la proteína animal que favorece la rigidez, especialmente las carnes rojas que se pueden sustituir por pescado; priorizar las legumbres y los cereales como avena, centeno, cuscus integral…

    La forma de cocinar será más ligera, mejor ensaladas. Ensaladas sencillas, naturales, de primer plato, con verduras de temporada: espárragos, lechuga, cebolleta, puerros, zanahoria…; y si además hay posibilidades de añadir verduras silvestres como la borraja, pues mejor que mejor. También hacer cocinados al vapor o al estilo indio.

    Comer algunos días sin sal ni aceite, y utilizar algunas hierbas aromáticas como el orégano, el tomillo, el estragón…para resaltar el sabor de las comidas. Si sentimos el hígado congestionado convendría relajarlo con caldos de verduras: alcachofa, limón, apio, col, cabo…No hay que olvidar la importancia de los germinados en esta dieta de primavera. El proceso de germinación produce brotes verdes que son muy ricos en clorofila, aumenta la digestibilidad de las legumbres y el desarrollo de las enzimas.

    Para ayudar el hígado y la vesícula biliar. Mantener una alimentación ligera como la recomendada anteriormente ayudará a que el hígado no se sobrecargue. Es recomendable sumar una pequeña ayuda para  que además se descogestione. Ésta puede venir de la mano de un remedio  muy sencillo: una cucharada de aceite de oliva virgen extra de primera prensión en frío con el zumo de medio limón. Ha de tomarse nada más levantarse de la cama por la mañana, en ayunas; luego se puede comenzar con la actividad normal y media hora después, desayunar.

   Salvo que haya un problema de estreñimiento severo, esta mezcla es ideal para limpiar la mucosa digestiva y activa la función del hígado y de la vesícula.

  También es conveniente ayudar la descarga hepática con algunas plantas de acción sobre este órgano como  Diente de León, Cardo Mariano, Alcachofera…
  
    En homeopatía los remedios indicados, según las modalidades : Nux vómica, Lycopodium, Sepia, Cheledonium…
  
    Disfrutar del bienestar de la primavera con alegría.